Una escapada invernal a Seúl: trabajo, comida y momentos inolvidables
Un viaje de trabajo rápido con un toque de aventura.
Una de las cosas que más me gusta de trabajar en familia es poder viajar juntas por trabajo. Mi madre (Giuliana) y yo (Giorgia) hicimos hace poco un viaje corto pero emocionante a Seúl para conocer una nueva marca que lanzaremos pronto. ¡No se lo pierdan! Sí, fue un viaje de trabajo, pero si en algo creemos en Importante y La Casa, es que siempre hay tiempo para divertirse, sobre todo cuando se trata de buena comida y lugares preciosos. Con el invierno en pleno apogeo, la ciudad estaba cubierta por un manto de nieve, lo que la hacía aún más mágica. Por suerte, llevábamos nuestros abrigos gruesos de STAPF. y nuestras nuevas chaquetas La Bottega di Brunella AW25 con nosotros, que fueron verdaderos salvavidas.
Una ciudad cubierta de nieve
Seúl en invierno es un paisaje de ensueño. La nieve y el aire fresco convertían cada paseo en una experiencia única. Paseamos por pueblos hanok, donde los tradicionales tejados se alzaban elegantemente bajo capas de nieve fresca, contrastando maravillosamente con el moderno horizonte de la ciudad. La mezcla de lo antiguo y lo moderno estaba por todas partes: en un instante, retrocedíamos en el tiempo en el pueblo hanok de Bukchon, y al siguiente, nos perdíamos en el resplandor neón de los modernos distritos comerciales, recorriendo calles bulliciosas y llenas de energía.
Una aventura culinaria
Ningún viaje a Seúl estaría completo sin disfrutar de su gastronomía de primera clase, y nos aseguramos de disfrutar cada momento delicioso. Sin duda, lo más destacado fue un restaurante de bibimbap con estrella Michelin en la cima de una montaña. Llegar allí fue toda una aventura, pero la recompensa fue un plato perfectamente equilibrado de arroz caliente, verduras crujientes y un rico gochujang. Luego estaba el pan, la sal y la trufa, caliente y aromático, sin duda uno de los mejores que hemos probado. Y para rematar, los lattes de sésamo negro se convirtieron en nuestro ritual diario; su sabor a nuez y ligeramente dulce resultó ser el mejor consuelo invernal.
El ritmo de la ciudad
La energía de Seúl es especial: una combinación perfecta de modernidad acelerada y una tradición profundamente arraigada. Nuestros días estaban llenos de callejones sinuosos, casas de té escondidas y pequeñas boutiques, para luego ser seguidos por la energía vibrante de los mercados callejeros de Myeongdong. Incluso en los distritos más concurridos, la ciudad nunca se sintió abrumadora. Al contrario, poseía un encanto natural, una especie de caos organizado que hacía que cada calle pareciera un descubrimiento.
Otra aventura para recordar
Aunque la comida y las vistas fueron increíbles, lo que realmente hizo este viaje memorable fue vivirlo juntos. Desde perdernos en centros comerciales subterráneos hasta reírnos con otro dulce, fueron los pequeños momentos intermedios los que hicieron del viaje algo especial. Viajar no se trata solo de adónde vas, sino de con quién lo compartes, las historias que recopilas y los recuerdos que perduran mucho después de que termina el viaje.
Seúl nos regaló vistas impresionantes, sabores inolvidables y un paraíso invernal perfecto, recordándonos por qué nos encanta explorar el mundo. Otro país tachado de la lista de deseos, innumerables recuerdos creados y, por supuesto, una nueva y emocionante marca en camino. ¿Adónde vamos ahora?
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